La masa madre mejora la textura y el sabor de los panes, porque aun cuando los métodos son los mismos, la diferencia está en el tiempo que requiere su preparación.
La masa madre requiere idealmente al menos 48 horas para su elaboración y otorgará al pan aromas ácidos, una textura rústica y crujiente, características que se acentuarán mientras más tiempo se deje fermentar la masa madre.